Biografía
Apenas se conocen datos sobre su vida, y de sus escritos sólo
quedan los títulos de los mismos. Sin embargo, ha pasado a la historia como un
personaje interesado por todos los ámbitos del conocimiento: poesía, gramática,
arqueología, arquitectura, astronomía, cálculo, filología, música, matemática,
retórica, rítmica, armonía, historia, literatura, mitología, etc. Hipias
también propuso una forma de conocimiento enciclopédico y enseñó el arte de la
memoria, la mnemotécnica. Una vez se presentó en una Olimpiada orgulloso de
haberse confeccionado él mismo todo el atuendo. Su lista de los vencedores
olímpicos fue la base del sistema, que adoptaron después los griegos, de
fecharlo todo por referencia a las Olimpiadas.
Estudio de Hipias de Elide
Hay
tres problemas principales que preocuparon a los matemáticos griegos y que no
pudieron resolver geométricamente, sólo con la ayuda de una regla y un compás.
Se trata de la duplicación del cubo, de la trisección de un ángulo (ambos
problemas están relacionados con la obtención de la raíz cúbica de un número
entero con métodos geométricos) y la cuadratura del círculo, relacionado con la
trascendencia del número pi (pi no puede ser obtenido algebraicamente con
ningún polinomio). Pues bien, Hipias resolvió este problema con una curva anexa
que recibe el nombre de “curva de Hipias”, que es una cuadratiz que permite realizar
la trisección del triángulo y que posteriormente Dinóstrato utilizó también
para hallar la cuadratura del círculo.
Hipias es el único personaje al que Platón dedicó dos de sus
célebres diálogos. En ambos Sócrates se muestra muy severo con Hipias y el
diálogo entre ambos se vuelve un tanto agrio, con continuos reproches
socráticos. Pudiera parecer que Sócrates tuviera envidia o celos por este
afamado “sabio”, el único que le podía hacer sombra. Los conocimientos de
Hipias sobre geometría podrían dejar a Platón perplejo (recordemos que en la
entrada a la Academia de Platón había una inscripción con la leyenda “No entre
aquí nadie que no sepa geometría”).
Sin embargo, lo que seguramente más
desagradaba a Platón es que tantos conocimientos estuvieran en posesión de
alguien tan vanidoso, que defendía el relativismo moral, incapaz de establecer
principios y con inclinación a saber de todo antes que a conocer algo en
profundidad.
Hipias consideraba la ley no sólo como
algo convencional, sino que además afirmaba que era contraria a la naturaleza.
Por ello defendía la autonomía y autarquía del individuo y su derecho a
rebelarse contra las leyes, porque siempre oprimen a los más débiles.
Recomendaba una vuelta a la naturaleza, pues la vida en sociedad va contra la
naturaleza. Se trata quizá del primer “libertario” griego.
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